Junio 2019.
En 1968 el micólogo holandés de Vries aisló por primera vez un hongo que afectaba la piel y pulmones de un lagarto (Ameiva sp.). La cepa incluía tanto la forma sexual (teleomorfo) como la forma asexual (anamorfo) de la especie que en su honor recibió, entre otras denominaciones la de Nannizziopsis vriesii (Apinis) Currah. En la literatura científica reciente, existen numerosos casos de micosis en diferentes especies de reptiles en los que al agente etiológico se le denomina con las siglas CANV. Estas siglas son utilizadas incorrectamente para abreviar la especie Chrysosporium anamorfo de Nannizziopsis vriesii, hoy en día obsoleta. Ésta se caracteriza por presentar exclusivamente una forma asexual con conidios mayoritariamente piriformes, que se pueden confundir con los microconidios que presentan algunas especies de Trichophyton.
Hace ya unos años, en nuestro laboratorio tuvimos la suerte de poder aislar y describir la especie que estaba produciendo dermatitis en iguanas utilizadas como mascotas y que denominamos en su momento Chrysosporium guarroi, en honor al profesor Josep Guarro por sus aportaciones en el campo de la micología en general y en particular en el caso de este género. Esta especie, que actualmente se denomina Nannizziopsis guarroi, carecía también de forma sexual, pero presentaba claras diferencias morfológicas y moleculares con Chrysosporium anamorfo de N. vriesii. Hoy en día conocemos que los hongos englobados en esta última especie pertenecen a los géneros Nannizziopsis, Paranannizziopsis y Ophidiomyces. Las especies incluidas en estos géneros son difícilmente diferenciables por sus características morfológicas y necesitan la ayuda de la secuenciación del DNA para poder identificarlas (Cabañes et al. 2014).
Bueno, después de este lío de nombres, hay que destacar que actualmente N. guarroi y Ophidiomyces ophiodiicola se consideran los patógenos fúngicos más frecuentes e importantes en reptiles (Paré y Sigler, 2016). La primera especie además de afectar a iguanas y a otros reptiles, es el principal agente etiológico de la enfermedad del hongo amarillo que afecta a dragones barbudos en cautividad (Pogona vitticeps). La infección inicial por N. guarroi en estos animales produce unas manchas amarillas en la piel, que se vuelven oscuras y se necrotizan con el tiempo. Posteriormente, la infección puede progresar a una dermatitis granulomatosa, llegar a diseminarse y causar la muerte del animal.
Por otra parte, O. ophiodiicola es la principal causa de micosis en serpientes en cautividad. Esta especie puede producir también una dermatitis granulomatosa, frecuentemente a nivel facial, que suele llegar a ser mortal en estos animales. Pero además hay que destacar que es la principal causa de la enfermedad fúngica de las serpientes silvestres, algunas de ellas en peligro de extinción. Aunque la mayoría de casos se han detectado principalmente en determinadas áreas del este de EEUU, esta enfermedad está considerada como una amenaza global emergente de dimensiones actualmente desconocidas.