Linfangitis epizoótica: una enfermedad desatendida de los équidos de trabajo

F. Javier Cabañes

Grupo de Micología Veterinaria, Departamento de Sanidad y Anatomía Animales, Facultad de Veterinaria, Universitat Autònoma de Barcelona, Bellaterra, España.

La linfangitis epizoótica, también denominada pseudomuermo o histoplasmosis equina, es una micosis crónica y contagiosa de caballos, mulos y asnos. Los animales presentan a menudo un engrosamiento de los vasos y ganglios linfáticos que se complica con la producción de dermatitis y linfangitis supurativa y ulcerante. Se observa con mayor frecuencia en las extremidades, la pared torácica y el cuello, pero también puede presentarse como una conjuntivitis ulcerosa de la conjuntiva palpebral, o raramente como una neumonía multifocal. La piel, a través de heridas, puede infectarse directamente por el pus, las secreciones nasales u oculares o indirectamente por la tierra o los arneses u otros utensilios contaminados y las moscas. La enfermedad es actualmente endémica en regiones del África subsahariana, especialmente en Etiopía, e históricamente se han registrado casos en el norte de África, algunas partes de Asia, India, Pakistán, Japón, Europa del Este y algunos países que bordean el mar Mediterráneo [OIE]. En el pasado se produjeron brotes, principalmente durante diferentes guerras, debido al hacinamiento y malas condiciones sanitarias que presentaban estos animales de trabajo. Se han probado diversas vacunas a escala limitada en zonas endémicas, pero no están disponibles comercialmente. Aunque se han notificado casos esporádicos de infección en humanos, su potencial zoonótico no está totalmente determinado.

Los carros tirados por caballos son una de las principales formas de transporte en algunas regiones de Etiopía. Fotografía cortesía de © SPANA (the Society for the Protection of Animals Abroad). SPANA is an international charity that improves the welfare of working animals across the world by providing free veterinary treatment, training local animal owners and teaching children about animal welfare. Please see the charity’s website, www.spana.org, for more information.
Los carros tirados por caballos son una de las principales formas de transporte en algunas regiones de Etiopía. Fotografía cortesía de © SPANA (the Society for the Protection of Animals Abroad). SPANA is an international charity that improves the welfare of working animals across the world by providing free veterinary treatment, training local animal owners and teaching children about animal welfare. Please see the charity’s website, www.spana.org, for more information.

Tradicionalmente, al agente causal de esta enfermedad se le denomina Histoplasma capsulatum var. farciminosum. No obstante, desde hace algunos años se considera que esta variedad no es un taxón válido, ya que sus integrantes no forman un grupo monofilético [Kasuga et al. 2003]. Parece ser que, a lo largo del tiempo, diferentes cepas de H. capsulatum han adquirido la capacidad de producir esta enfermedad en caballos y otros équidos. En este estudio, las diferentes cepas analizadas se distribuyeron en tres grupos filogenéticos diferentes, que podrían representar especies filogenéticas. Un par de ellas en los grupos África y Norte americano 2 (NAm2), y la gran mayoría en un único clado denominado Eurasia que se incluye en el gran grupo filogenético Latino americano A (LAmA). Por esto último, dichos autores especulan con el hecho de que un cargamento de caballos domesticados procedente de Sudamérica, transportado hace unos 500 años a Europa, podría haber sido el origen de la población de cepas eurasiáticas. Diez de las 11 cepas estudiadas del clado Eurasia, procedentes de Polonia, Egipto y la India, presentaban alelos idénticos, lo que indicaría que pertenecerían al mismo clon.

Actualmente, esta enfermedad presenta una elevada prevalencia en los equinos destinados al tiro de carruajes en Etiopía, afectando al bienestar de los animales y a la economía de los propietarios [Hadush et al. 2020]. Debido al limitado acceso a técnicas de diagnóstico, la enfermedad se diagnostica en base al aspecto clínico de las lesiones y al examen microscópico del pus para detectar presencia de levaduras compatibles con el patógeno. Aunque, estos métodos de diagnóstico clásicos son útiles para el manejo rutinario de casos en zonas endémicas, no son adecuados para la detección de portadores asintomáticos debido a su limitada especificidad y sensibilidad. El cultivo del hongo a partir de las lesiones sería definitivo para confirmar la enfermedad, pero raramente se llega a realizar. Utilizando técnicas convencionales y de PCR, los autores de este estudio investigaron la epidemiología de la linfangitis epizoótica en el norte de Etiopía y confirmaron la presencia de material genético del patógeno en el 44% de los caballos analizados. La infección subclínica se observó en el 18,2% de los caballos aparentemente sanos. Estos resultados demuestran la presencia generalizada de la linfangitis epizoótica en estas áreas. En este país la situación se agrava por el hecho de que no existe un control eficaz de la enfermedad. Los tratamientos tradicionales, a base de tintura de yodo vía tópica y yoduro de potasio vía oral, son laboriosos, caros y de eficacia limitada en casos moderados y graves de la enfermedad. En muchas ocasiones, debido al bajo poder económico de los propietarios, estos tratamientos son inaccesibles, lo que provoca el abandono de los caballos gravemente infectados.

Un reciente informe sobre las enfermedades infecciosas en los équidos de trabajo [Stringer et al. 2015] indica que la población mundial de équidos se estima en unos 112 millones, 25 de ellos en África. La mayoría de los équidos del mundo son équidos de trabajo, muchos de los cuales residen en países pobres. Estos animales son de vital importancia en estas regiones ya que son el principal medio de transporte y tracción. Por otra parte, dicho informe señala que la enfermedad fúngica más importante de los équidos de trabajo es la linfangitis epizoótica. En las regiones en las que esta micosis es frecuente, tal como sucede en amplias zonas de Etiopía, es la enfermedad infecciosa más importante de los caballos. A pesar de su importancia, siguen faltando conocimientos epidemiológicos básicos sobre la aparición, la prevalencia, el impacto, los factores de riesgo y las vías de transmisión de esta enfermedad. Además, tal como se destaca en este informe, la linfangitis epizoótica requiere un mejor diagnóstico y se necesita una amplia investigación sobre su tratamiento y las medidas preventivas. No obstante, por el momento sigue estando desatendida.

Dos casos atípicos de histoplasmosis en perros y gatos

F. Javier Cabañes

Grupo de Micología Veterinaria, Departamento de Sanidad y Anatomía Animales, Facultad de Veterinaria, Universitat Autònoma de Barcelona, Bellaterra, España.

La histoplasmosis es una micosis sistémica clásica causada por el patógeno primario Histoplasma capsulatum. Entre los animales de compañía se describe más frecuentemente en perros y gatos. Este hongo se distribuye por todo el mundo en países de climas templados y subtropicales y es principalmente endémico de los EEUU, con mayor prevalencia en los valles de los ríos Ohio, Missouri y Mississippi, de donde derivan la mayoría de los casos publicados que afectan a estos animales. En Europa esta micosis se considera rara y se han descrito muy pocos casos autóctonos o de importación en estos animales. En una búsqueda en Pubmed utilizando los siguientes descriptores: “Histoplasmosis” AND “dogs” AND “Europe” y “Histoplasmosis” AND “cats” AND “Europe”; (7 de septiembre 2021), se incluyen un total de 8 artículos contrastando con los 50 existentes utilizando el descriptor “USA”. En Europa, la mayoría de las publicaciones proceden de Italia y ninguna de España.

Microfotografía de la fase miceliar de un cultivo de Histoplasma capsulatum sensu lato. En ella se observan numerosos macroconidios redondeados y tuberculados, que son distintivos de la especie. Aunque no se observan en la fotografía, también pueden detectarse microconidios que son generalmente piriformes y presentan paredes lisas. Normalmente, las colonias pueden tardar de 10 a 20 días en desarrollarse. Su cultivo comporta un riesgo elevado de contaminación biológica ya que la especie pertenece al grupo de riesgo 3, por lo que necesita condiciones laboratoriales de contención BSL3. Se han notificado algunas infecciones adquiridas en el laboratorio por manipulación de cultivos. Fotografía cortesía de la Dra Dina Pedersen. Universidad Nacional del Sur. Bahía Blanca. Argentina. ©

La infección se produce por la inhalación de conidios de la fase miceliar del hongo presente principalmente en suelos con materia orgánica rica en nitrógeno (p.e. excrementos de aves o murciélagos). Al ser un hongo dimórfico, estos conidios se convierten en levaduras en los tejidos del animal, que se pueden detectar mediante diferentes técnicas histológicas.

Aunque la mayoría de las infecciones suelen ser subclínicas, en perros y gatos la enfermedad suele causar inapetencia, pérdida de peso y fiebre. La histoplasmosis presenta diversas formas que van desde una enfermedad respiratoria leve hasta formas diseminadas que pueden afectar a cualquier órgano o tejido, como el bazo, el hígado, la médula ósea, los huesos y las articulaciones.

No obstante, recientemente se han publicado dos casos muy poco frecuentes de histoplasmosis con afectación de la cavidad nasal, con formas similares a algunas criptococosis y aspergilosis en perros y gatos. En el primer caso, un gato de dos años presentaba los signos clínicos clásicos de las formas sinonasales de estas micosis: secreción nasal crónica con deformidad facial y lesiones cutáneas afectando áreas perioculares [Grinstead et al. 2021]. Según la experiencia de los autores, el diagnóstico de la histoplasmosis en los gatos suele retrasarse. Esto podría deberse, en parte, a la sospecha clínica inicial de enfermedades inflamatorias más comunes como el cáncer o infecciones víricas y bacterianas. En este caso, al final se pudo confirmar el diagnóstico mediante histopatología y cultivo del hongo a partir del líquido de un lavado nasal. Después de recibir distintos tratamientos, al gato se le administró itraconazol. Después de más de un año de la visita inicial, el animal presentó la prueba negativa de detección de antígeno de Histoplasma en orina y junto con la ausencia de signos clínicos y la continua remodelación ósea de la cavidad nasal sugirieron que el gato seguía en remisión clínica. El pronóstico de la histoplasmosis en gatos es variable. Aproximadamente dos tercios de los animales tratados sobreviven seis meses después del diagnóstico.

En el segundo caso, un perro de cuatro años y medio presentaba desde hacía tres meses estornudos, secreción nasal unilateral e inflamación de la fosa nasal izquierda [Heilmann et al. 2021]. La histoplasmosis se diagnosticó mediante examen histopatológico y con una prueba ELISA de detección de antígenos de Histoplasma. Esta última prueba no es concluyente por sí sola, ya que se ha citado reacción cruzada con otras micosis endémicas (p.e. blastomicosis, coccidioidomicosis). Sin embargo, puede ser útil para monitorizar la evolución de la infección. En esta ocasión el cultivo no se llevó a cabo. Para obtener la fase miceliar de este hongo a partir de las muestras se utilizan medios de cultivo rutinarios (p.e. Agar glucosado de Sabouraud con antibiótico) incubando a 25-30ºC. Debido al crecimiento lento del hongo, el resultado de esta prueba se puede llegar a retrasar varias semanas. No obstante, se considera la técnica de elección para confirmar el diagnóstico. También se puede realizar la técnica de reversión de la fase miceliar obtenida a la fase levaduriforme, cultivándola en medios enriquecidos (p.e. medio de agar infusión cerebro-corazón) e incubando a 37ºC. Actualmente se pueden utilizar técnicas de PCR que son mucho más rápidas de realizar, aunque no están estandarizadas ni se comercializan. En este caso, el tratamiento con itraconazol oral condujo a la normalización del aspecto de la trufa y de la fosa nasal del perro, con ausencia de signos de la enfermedad después de más de 6 años del último examen. El pronóstico es variable en perros con histoplasmosis. Las tasas de supervivencia de estos animales con enfermedad pulmonar, gastrointestinal o histoplasmosis diseminada oscilan del 33 al 78%; por lo general, los resultados son mejores para los pacientes con enfermedad localizada.

Clásicamente, en función de la clínica, la distribución geográfica y la morfología del hongo se reconocen tres variedades de esta especie: H. capsulatum var. capsulatum, que es un patógeno humano con amplia difusión en el continente americano y responsable de la histoplasmosis clásica, H. capsulatum var. duboisii, presente en África Central y Occidental y causante de la histoplasmosis africana y H. capsulatum var. farciminosum, presente en Europa, Asia y Norte de África y responsable de linfangitis epizoótica en los equinos. Sin embargo, desde hace algunos años se conoce que estas tres variedades son artificiales y que la especie incluye diferentes grupos genéticos. Recientemente, mediante estudios genómicos, cuatro de estos grupos genéticos, todos ellos endémicos del continente americano, se han propuesto como nuevas especies: H. capsulatum sensu stricto, H. mississippiense, H. ohiense y H. suramericanum [Sepúlveda et al. 2017]. Por otra parte, aunque sólo se estudiaron dos cepas del grupo correspondiente a la variedad africana, los autores remarcan que éstas presentaron suficientes diferencias genéticas para poder considerarse como una nueva especie.

Actualmente, desconocemos como afecta esta nueva propuesta de especiación a los aislamientos existentes de perros y gatos, ya que en este estudio no se incluyeron cepas procedentes de estos animales. No obstante, debido a que la mayoría de casos descritos de histoplasmosis se localizan en EEUU, no sería de extrañar que las especies crípticas H. mississippiense (grupo NAm1) y H. ohiense (grupo NAm2) fueran predominantes.

CURSO ONLINE IDENTIFICACIÓN HONGOS FILAMENTOSOS (1ª Edición)

1 CURSO ONLINE DE IDENTIFICACIÓN DE HONGOS FILAMENTOSOS (1ª EDICIÓN). 22/9/2021- 29/9/2021

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1ª Jornada del Curso: 22/9/202

a) Inicio: 16:00H

b) Introducción: Javier Pemán y Julio García. 10′

c) Bloque 1 (Moderación Javier Pemán. Servicio Microbiología Hospital La Fe. Valencia)

  • Nuevos Factores de Riesgo y población susceptible . Miguel Salavert. 20’. Servicio EEII Hospital La Fe. Valencia
  • Nuevos tratamientos de las IFI.           Carol García Vidal. 20’. Servicio EEII Hospital Clinic. Barcelona
  • Preguntas. 10’

d) Bloque 2 (Moderación Julio García. Servicio Microbiología Hospital La Paz. Madrid).

  • Principios básicos de la ID de hongos filamentosos. Maria Soledad Cuétara. 20’. Servicio Microbiología. Hospital Severo Ochoa. Madrid
  • Identificación de Aspergillus spp, mucorales y Fusarium spp José Francisco Cano Liria 20’/Alberto M. Stchigel. 20’. Universitat Rovira i Vigil. Reus
  • Preguntas. 10’

2ª Jornada del Curso: 27/9/2021

a) Inicio. 16:00h.

b) Introducción e instrucciones. Javier Pemán y Julio García. 10’

c) Grupo 1. 20’ discusión. 10’ resolución. Ana Pérez de Ayala. Servicio Microbiología. Hospital 12 de Octubre. Madrid

d) Grupo 2. 20’ discusión. 10’ resolución. Ana Alastruey. Centro Nacional de Microbiología. Majadahonda.

e) Grupo 3. 20’ discusión. 10’ resolución. Inmaculada Quiles. Servicio Microbiología. Hospital La Paz. Madrid

f) Conclusión y cierre. Javier Pemán y Julio García. 5’.