La saprolegniosis: una enfermedad reemergente

F. Javier Cabañes

Grupo de Micología Veterinaria, Departamento de Sanidad y Anatomía Animales, Facultad de Veterinaria, Universitat Autònoma de Barcelona, Bellaterra, España.

Los oomicetos son unos microorganismos eucariotas filamentosos similares a los hongos, que se agrupan filogenéticamente con las diatomeas y las algas pardas en el supergrupo SAR (Stramenopiles-Alveolata-Rhizaria), muy lejos de los miembros del Reino Fungi. Entre los oomicetos más importantes, destacan algunas especies de Phytophthora por ser la causa de enfermedades devastadoras en las plantas, como Phytophthora infestans, conocida por desencadenar la hambruna de la patata en Irlanda a mediados del siglo XIX. En la actualidad, sigue siendo una importante amenaza para la seguridad alimentaria mundial, ya que provoca graves pérdidas en los cultivos de patata y tomate.

Lesiones cutáneas en una trucha común de río con saprolegniosis causada por Saprolegnia parasitica. Se observan manchas redondas blanquecinas por todo el cuerpo. Fotografía cortesía de José Miguel Aller Gancedo © Universidad de León.

Algunos oomicetos acuáticos son patógenos animales, como Saprolegnia parasitica que causa saprolegniosis en los peces y constituye una importante amenaza para la acuicultura. Esta especie es un problema importante en la industria piscícola de Europa, Chile, Canadá y Asia. Además de los peces, las especies de anfibios, crustáceos e insectos acuáticos también son muy susceptibles a la saprolegniosis. Hay pruebas concluyentes de que las especies de Saprolegnia son una de las principales causas de mortalidad en las poblaciones de anfibios en todo el mundo, amenazando a algunas especies en peligro de extinción. En contraste con sus homólogos terrestres, los oomicetos acuáticos siguen siendo poco estudiados [Derevnina et al. 2016]

Sección histológica de una lesión cutánea de una trucha con saprolegniosis en la que se observan hifas anchas, con forma irregular y no septadas. Tinción de Grocott. © F. Javier Cabañes.

De hecho, a pesar de la importancia de estos patógenos acuáticos su taxonomía no se ha actualizado adecuadamente. El género Saprolegnia contiene una veintena de especies cuya identificación se basa, tradicionalmente, en la morfología de sus estructuras de reproducción asexual, como el zoosporangio, y de reproducción sexual, como el oogonio y el anteridio. Estos mismos caracteres son utilizados en la descripción de las especies. No obstante, en algunos casos, estas características no se incluyen en sus descripciones o son ambiguas. Para mejorar la clasificación e identificación del género Saprolegnia, se ha propuesto recientemente un protocolo estandarizado para la descripción de sus especies [Sandoval-Sierra & Diéguez-Uribeondo, 2015]. Este protocolo incluye buenas prácticas de cultivo y una adecuada preservación del holotipo. Actualmente se está llevando a cabo la caracterización y el análisis de secuencias de DNA útiles para la taxonomía de estos pseudohongos.

La saprolegniosis es una enfermedad generalmente restringida a la epidermis y la dermis de los peces, pero que puede afectar a tejidos más profundos. En la piel, las principales lesiones son claramente visibles como manchas blancas o grises, que pueden llegar a localizarse por toda la superficie corporal y que se caracterizan por estar formadas por acumulaciones de hifas aseptadas de aspecto algodonoso. Este crecimiento provoca la ruptura del mecanismo de osmorregulación de los peces y, a menos que puedan ser tratados, la infección suele ser mortal. En un reciente estudio retrospectivo se han detallado los patrones de distribución más frecuentes de las lesiones cutáneas en trucha común (Salmo trutta) de algunos ríos y una piscifactoría de la provincia de León, en España [Aller-Gancedo & Fregeneda-Grandes, 2019]. El número de lesiones, el porcentaje de superficie corporal afectada y el número de peces con lesiones necróticas fueron mucho menores en las truchas de criadero que en las silvestres. No obstante, las truchas de piscifactoría recibieron regularmente un tratamiento químico preventivo para la saprolegniosis. En la trucha de río, se observó que las lesiones se producían en cualquier parte de la superficie corporal del pez, incluidos los ojos y las aletas, mientras que, en las truchas de piscifactoría, la zona más frecuentemente afectada fue la aleta adiposa.

Hasta 2002, S. parasitica se mantenía bajo control con aplicaciones de verde de malaquita. Sin embargo, su uso se ha prohibido en todo el mundo debido a su toxicidad, lo que ha provocado un incremento de las infecciones por Saprolegnia en la acuicultura de los salmónidos. Los métodos actuales de control implican tratamientos con productos a base de formalina, que también se espera que sean prohibidos en la UE en un futuro muy próximo. En este momento, los probióticos son objeto de una intensa investigación como alternativa a los productos químicos utilizados actualmente en acuicultura.

Linfangitis epizoótica: una enfermedad desatendida de los équidos de trabajo

F. Javier Cabañes

Grupo de Micología Veterinaria, Departamento de Sanidad y Anatomía Animales, Facultad de Veterinaria, Universitat Autònoma de Barcelona, Bellaterra, España.

La linfangitis epizoótica, también denominada pseudomuermo o histoplasmosis equina, es una micosis crónica y contagiosa de caballos, mulos y asnos. Los animales presentan a menudo un engrosamiento de los vasos y ganglios linfáticos que se complica con la producción de dermatitis y linfangitis supurativa y ulcerante. Se observa con mayor frecuencia en las extremidades, la pared torácica y el cuello, pero también puede presentarse como una conjuntivitis ulcerosa de la conjuntiva palpebral, o raramente como una neumonía multifocal. La piel, a través de heridas, puede infectarse directamente por el pus, las secreciones nasales u oculares o indirectamente por la tierra o los arneses u otros utensilios contaminados y las moscas. La enfermedad es actualmente endémica en regiones del África subsahariana, especialmente en Etiopía, e históricamente se han registrado casos en el norte de África, algunas partes de Asia, India, Pakistán, Japón, Europa del Este y algunos países que bordean el mar Mediterráneo [OIE]. En el pasado se produjeron brotes, principalmente durante diferentes guerras, debido al hacinamiento y malas condiciones sanitarias que presentaban estos animales de trabajo. Se han probado diversas vacunas a escala limitada en zonas endémicas, pero no están disponibles comercialmente. Aunque se han notificado casos esporádicos de infección en humanos, su potencial zoonótico no está totalmente determinado.

Los carros tirados por caballos son una de las principales formas de transporte en algunas regiones de Etiopía. Fotografía cortesía de © SPANA (the Society for the Protection of Animals Abroad). SPANA is an international charity that improves the welfare of working animals across the world by providing free veterinary treatment, training local animal owners and teaching children about animal welfare. Please see the charity’s website, www.spana.org, for more information.
Los carros tirados por caballos son una de las principales formas de transporte en algunas regiones de Etiopía. Fotografía cortesía de © SPANA (the Society for the Protection of Animals Abroad). SPANA is an international charity that improves the welfare of working animals across the world by providing free veterinary treatment, training local animal owners and teaching children about animal welfare. Please see the charity’s website, www.spana.org, for more information.

Tradicionalmente, al agente causal de esta enfermedad se le denomina Histoplasma capsulatum var. farciminosum. No obstante, desde hace algunos años se considera que esta variedad no es un taxón válido, ya que sus integrantes no forman un grupo monofilético [Kasuga et al. 2003]. Parece ser que, a lo largo del tiempo, diferentes cepas de H. capsulatum han adquirido la capacidad de producir esta enfermedad en caballos y otros équidos. En este estudio, las diferentes cepas analizadas se distribuyeron en tres grupos filogenéticos diferentes, que podrían representar especies filogenéticas. Un par de ellas en los grupos África y Norte americano 2 (NAm2), y la gran mayoría en un único clado denominado Eurasia que se incluye en el gran grupo filogenético Latino americano A (LAmA). Por esto último, dichos autores especulan con el hecho de que un cargamento de caballos domesticados procedente de Sudamérica, transportado hace unos 500 años a Europa, podría haber sido el origen de la población de cepas eurasiáticas. Diez de las 11 cepas estudiadas del clado Eurasia, procedentes de Polonia, Egipto y la India, presentaban alelos idénticos, lo que indicaría que pertenecerían al mismo clon.

Actualmente, esta enfermedad presenta una elevada prevalencia en los equinos destinados al tiro de carruajes en Etiopía, afectando al bienestar de los animales y a la economía de los propietarios [Hadush et al. 2020]. Debido al limitado acceso a técnicas de diagnóstico, la enfermedad se diagnostica en base al aspecto clínico de las lesiones y al examen microscópico del pus para detectar presencia de levaduras compatibles con el patógeno. Aunque, estos métodos de diagnóstico clásicos son útiles para el manejo rutinario de casos en zonas endémicas, no son adecuados para la detección de portadores asintomáticos debido a su limitada especificidad y sensibilidad. El cultivo del hongo a partir de las lesiones sería definitivo para confirmar la enfermedad, pero raramente se llega a realizar. Utilizando técnicas convencionales y de PCR, los autores de este estudio investigaron la epidemiología de la linfangitis epizoótica en el norte de Etiopía y confirmaron la presencia de material genético del patógeno en el 44% de los caballos analizados. La infección subclínica se observó en el 18,2% de los caballos aparentemente sanos. Estos resultados demuestran la presencia generalizada de la linfangitis epizoótica en estas áreas. En este país la situación se agrava por el hecho de que no existe un control eficaz de la enfermedad. Los tratamientos tradicionales, a base de tintura de yodo vía tópica y yoduro de potasio vía oral, son laboriosos, caros y de eficacia limitada en casos moderados y graves de la enfermedad. En muchas ocasiones, debido al bajo poder económico de los propietarios, estos tratamientos son inaccesibles, lo que provoca el abandono de los caballos gravemente infectados.

Un reciente informe sobre las enfermedades infecciosas en los équidos de trabajo [Stringer et al. 2015] indica que la población mundial de équidos se estima en unos 112 millones, 25 de ellos en África. La mayoría de los équidos del mundo son équidos de trabajo, muchos de los cuales residen en países pobres. Estos animales son de vital importancia en estas regiones ya que son el principal medio de transporte y tracción. Por otra parte, dicho informe señala que la enfermedad fúngica más importante de los équidos de trabajo es la linfangitis epizoótica. En las regiones en las que esta micosis es frecuente, tal como sucede en amplias zonas de Etiopía, es la enfermedad infecciosa más importante de los caballos. A pesar de su importancia, siguen faltando conocimientos epidemiológicos básicos sobre la aparición, la prevalencia, el impacto, los factores de riesgo y las vías de transmisión de esta enfermedad. Además, tal como se destaca en este informe, la linfangitis epizoótica requiere un mejor diagnóstico y se necesita una amplia investigación sobre su tratamiento y las medidas preventivas. No obstante, por el momento sigue estando desatendida.